Te han pedido en la escuela que escribas lo que sepas sobre el teatro de títeres. Yo soy titiritero, y coincide que un grupo de nosotros estamos actuando en los colegios intentando saber, con vuestras redacciones, lo que pensáis sobre nosotros, sobre nuestros muñecos. Y tú has escrito, porque el maestro te lo ha mandado.
Los políticos no piensan en vosotros, ni siquiera a la hora de prometer, acaso por que no tenéis voto. Pero algún día, alguien con sensibilidad ocupará un cargo en la administración. Y ese alguien pensará que los niños también son personas, personas pequeñas, con sus pequeños derechos y sus pequeñas obligaciones. Y entonces, ese alguien se ocupará de vosotros. No sobre el papel, sino en la realidad. Y entonces habrá teatro de títeres en la escuela. Y en los barrios, y en esos locales que tanto han costado construir, y tan poco ha costado abandonar, pues muchas veces se construye para justificar gastos. Y entonces tú no escribirás esas, querido niño pobre. No tendrás que sacudir las conciencias con aldabonazos como el que ha hecho retemblar la mía. No tendrás que estremecer a nadie con tus reproches.
¿Tú sabes la carga de dinamita que hay en esa frase tuya? ¿La repasamos? Has escrito: “Yo no he visto nunca un teatro de títeres, porque los niños pobres no podemos ir al teatro”.
Querido niño pobre: Hubo una vez un titiritero, amigo de los niños (era poeta), que se llamaba Federico. Y este poeta le escribió a uno de sus títeres, Don Cristobical, diciéndole que cuando fuera viejecito irían los dos, el poeta y el muñeco, por los pueblos, para hacer reír a los niños que nunca estuvieron en un teatro.
Federico no pudo cumplir su deseo pues la poesía, y la cultura y el teatro molestan a muchos, ya que un pueblo culto, amante del teatro, de la poesía y de los niños, no puede ser tan fácilmente esclavizado.
Por eso Federico cayó acribillado en una cuneta uno de esos amaneceres granadinos que tanto cantó.
Pero su deseo sigue en pie, y si él no puedo, creemos que alguien recorrerá esos caminos, y hará llegar su mensaje de amor y optimismo a los niños pobres que no pueden ir al teatro.
Querido niño pobre: hoy al leerte me has hecho recordar que yo tampoco podía ir... y he llorado ahora todo lo que no lloré entonces.
Gracias
Tu amigo titiritero
Francisco PORRAS
P.D. Alguien creerá en Alcoy que tú no has escrito ésto, que los niños no escriben así, que todo es una invención de una incordiante persona mayor. Tú y yo sabemos la verdad. Sabemos que tus maestros del Grupo Escolar Juan XXIII te llevaron -¡al fin!- a ver nuestros títeres en el Salón de Actos de la Caja de ahorros. No se lo van a creer porque es más cómodo ignorar ciertas cosas. ¿A quién le importan los niños pobres? Por cierto: ¿sabes que este año es el Año Internacional del Niño? ¿Sabes que en la Declaración de los Derechos del Niño, firmada por la O.N.U. se afirma que "El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones"? Claro que, bien mirado ¿a quién le importa lo que digan las Naciones Unidas?
Vale
(Tomado de: Los Títeres de Falla y García Lorca. Autor: Francisco Porras Soriano)
Notas:
1)Alcoy es una ciudad española, ubicada en la comunidad valenciana. Esta carta apareció publicada alrdedor del año de 1979.
2) Un grupo de titiriteros, estuvo dando actuaciones gratuitas en escuelas de toda España (años 1978 y 1979). Los niños "pagaban" con una redacción sobre el Teatro de Títeres. Se pretendía conocer la forma más apropiada de llegar al niño a través de esos escritos de los mismos niños. En una población alicantina surgió la frase básica de el estudio. Y por ella fue escrito el artículo "Querido Niño Pobre" y publicado en un diario de la localidad.
Saludos amigos, el Baterillero.
Gracias por este aporte al blog y bendiciones.
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